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Seguramente más de una vez te has encontrado con este término: calendario de contenidos. Quizá haya llegado a ti en cualquiera de sus otras presentaciones: calendario de publicaciones o calendario editorial, por ejemplo. Pero seamos sinceros, tomarse el tiempo de hacer uno y, sobre todo, de cumplirlo, es algo que no todo mundo hace. Podemos aceptar con cierta facilidad que se trata de una herramienta profesional, propia de grandes proyectos. Pero la realidad es que es un elemento de lo más básico que puede hacer la diferencia para que un proyecto tenga éxito por más modesto y casero que sea.

El calendario de contenidos es un documento que da cuenta de las publicaciones que se realizarán en los distintos canales de comunicación durante un periodo determinado. Esto implica que se tiene una perspectiva a largo plazo para desarrollar una estrategia de comunicación. En otras palabras, el calendario de contenidos es el lugar donde podemos ver cómo se desarrolla el mensaje que queremos enviar, sus hitos y la secuencia que se pretende seguir para llegar a la meta. Sí, como siempre, determinar un punto de llegada u objetivo es fundamental. Pero no tiene que ser demasiado elaborado. Puede ser algo tan sencillo como esto: mantener contacto con mi público objetivo al menos tres veces al mes. Algo tan simple como esto nos da pie ya a explicar un poco más las virtudes de un calendario de contenidos.

Calendario de contenidos: una cita con tu objetivo

Una vez se tiene claro el qué es momento de ir dando forma al cómo. El calendario de contenidos es precisamente un primer paso. Nos quedamos con nuestra modesta meta: contacto al menos tres veces por mes. El siguiente paso es asignarle un tiempo para que esos puntos de contacto se den. ¿Cuándo quiero decir algo? ¿Puedo elegir una fecha al azar o hay un punto crítico para hacerlo o quizá una fecha que resulte particularmente significativa? Supongamos que sabemos que un determinado día del mes tenemos nuestro mejor momento de ventas de la temporada. Este sería sin duda el punto de referencia, el astro rey en torno al que haríamos girar nuestros puntos de contacto. Estos, además, tendrían ahora un sentido determinado: decirle a tu público que estás ahí y que el día en que han de verse se está acercando.

Haz una cita con tu objetivo y planifica en el calendario los pasos que te llevan a él. - tuitéalo    

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Nada más con mirar el calendario se establece ya una línea de contenido. Pero también se hace evidente una cosa: ponerle día a las publicaciones nos ayuda a ver el tiempo necesario para darle forma a esas publicaciones. Sí, los puntos de contacto con tu público tienen que ser creados. Esto es lo que más suele costar. Por eso mi recomendación es que tu calendario de contenidos incluya no solamente el día de publicación, sino que te hagas una serie de citas con tu objetivo que serían los días y hasta las horas que vas a dedicar a la redacción o creación del contenido. Esta es una estrategia que se denomina calendar blocking y te la recomiendo encarecidamente.

El horror ante la página en blanco

Tenemos entonces el qué, y en el camino al cómo hemos empezado por determinar el cuándo. Es momento de ponerse manos a la obra. Pero respira que si te has tomado el tiempo de elaborar este documento hasta aquí ya conseguiste evitar uno de los obstáculos más importantes del proceso creativo. Saber el qué ayuda a desmenuzar un contenido en pequeñas unidades de sentido, es decir, ya sabes a dónde quieres llegar, así que es más sencillo partir el camino en etapas. Ya no te enfrentas a un enorme mapa sin sentido. Dicho de otra manera, la página ya no está completamente en blanco. Como nuestro camino solamente tiene tres puntos de contacto lo mejor sería buscar la línea recta entre el punto de partida y el de llegada.

Ponerle fecha a las cosas ayuda a enfrentar el miedo a la página en blanco. - tuitéalo    

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Así que, siguiendo con nuestro ejemplo, queremos establecer contacto tres veces al mes y sabemos que un día en particular tiene una repercusión importante en ventas. Esto nos dice que el primer día del mes se debería dar un contacto, uno más después de una semana y el final un día antes de la fecha importante o incluso el mismo día como recordatorio. Estas tres fases pueden ayudar ya a determinar el tipo de contenido de cada uno de los contactos. El primero bien puede ofrecer el contexto, la historia detrás de la fecha por venir. El segundo información relevante sobre el producto o servicio que ofrecemos pensando, por ejemplo, en destacar nuestras ventajas competitivas. El último, por tanto, sería simplemente recordar que el día ha llegado y ofrecer una promoción que bien pudo haberse anticipado. Así de sencillo. Determinar el qué y el cuándo hace mucho más fácil enfrentar la página en blanco.

Hoja de ruta para un perfecto desorganizado

El calendario de contenidos, como puedes ver, te permite tener una hoja de ruta muy clara. De cualquier manera hay que saber que no se trata de un contrato lleno de penalizaciones. Es una ruta, una orientación. Si en el camino se encuentran cosas más interesantes o se vuelve necesario ajustar un poco el rumbo no pasa absolutamente nada. Esto es simplemente una manera de ponerse en marcha y de evitar que las tareas de contenidos queden para el último minuto. Seguramente no eres de las personas que dejan que las cosas se acumulen sobre la mesa y que los plazos de entrega te pisen los talones. Tampoco te justificas diciendo que trabajas mejor bajo presión, estoy seguro de ello.

El calendario de contenidos no es un contrato sino una hoja de ruta flexible. - tuitéalo    

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estrés no es el mejor compañero de viaje y las prisas son muy malas consejeras. Es por eso que lo mejor es tener esta sencilla herramienta que no nos compromete a seguirla al pie de la letra, pero sí nos indica los tiempos que habría que respetar para hacer un trabajo de buena manera. A no ser que te guste llegar con miles de pretextos para erratas e ideas sostenidas con alfileres, lo mejor es tener un poco de ayuda para hacer el trabajo con tiempo y siguiendo un hilo coherente dentro de la estrategia de comunicación. Además te doy un tip final: tener el calendario de contenidos te permitirá medir mejor tus resultados. Tendrás un histórico de los mejores momentos para publicar y de los contenidos que funcionan mejor. Suena bien, ¿no? ¿Te animas a probarlo?

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